Las ferias son, como herramienta para el marketing y la promoción, uno de los verdaderos Centros de Negocios donde se concentra la oferta y la demanda en un espacio y un plazo de tiempo concretos. Por tanto, las posibilidades que nos ofrece asistir como expositor a este tipo de eventos son casi infinitas.
Las ferias son ni más ni menos que mercados vivos, en los cuales se disfruta de un constante intercambio a todos los niveles empresariales. Descubrir las tendencias del sector, contrastar opiniones, realizar contactos, potenciar la imagen de marca, conocer lo que hace la competencia, establecer relaciones públicas con los medios de comunicación… y todo “en vivo”. Como decíamos, posibilidades casi infinitas. Recordemos que, además, es el cliente quien por decisión propia acude a la feria, por lo que contamos con una predisposición a la información y a la compra que no siempre es fácil de conseguir.
En toda acción es importante que la empresa plantee de antemano unos objetivos en torno a los cuales girarán los miles de detalles que rodean al marketing ferial. Contamos con la principal ventaja de que, en un solo evento, estaremos garantizando la puesta en práctica de una estrategia comercial a la vez que promocional, de imagen, de posicionamiento y de marketing relacional. Aún así, no debemos olvidar que toda nuestra competencia también estará compartiendo ese momento y, probablemente, con objetivos muy similares a los nuestros. Empieza la lucha por destacar.
En este espacio saturado de mensajes, elementos de comunicación y agresivos formatos publicitarios que pretenden atraer la atención de los visitantes, es muy difícil diferenciarse del resto de los expositores. El gran pilar pasa por la originalidad creativa en la construcción del espacio expositivo; pero no sólo la calidad arquitectónica y gráfica de un stand tienen la clave el éxito. Recordemos que queremos destacar, llamar la atención de los asistentes, acentuar nuestra presencia en el recinto, y qué mejor forma que realizar nuestro propio evento… El efecto impactante de una actuación colorista y descontextualizada puede suponer en gancho definitivo para desmarcarnos en los ojos y el recuerdo de los potenciales clientes.
¿Encontramos entonces en las ferias la gallina de los huevos de oro? Todas estas ventajas que hemos comentado existen, pero no vienen regaladas. La visión global de tres estadios, la preferia, feria y posferia, nos ayudará a valorar realmente todo el trabajo a desarrollar para hacer nuestras las oportunidades mencionadas. La elección de unos buenos profesionales que nos ayuden a escoger el evento ferial adecuado, los documentos comerciales, el diseño del stand, el análisis del espacio, la comunicación con nuestros clientes durante todo el proceso, el sondeo de opinión que nos ofrecerá información para valiosas conclusiones… un sinfín de detalles que debemos cuidar, porque recordemos que no es lo mismo entrar en un patio que en un jardín.

José Ignacio Mena

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