NoMeDesLasGraciasNo voy a agradecerte que me cedas el asiento, pues tu gesto obedece a tu aspiración de ser cortes y a tu egoísmo. Quizá sin ser consciente esperas el reconocimiento mío para satisfacer tu egolatría. Si no lo acepto o no te lo agradezco, seguramente estaré ofendiéndote, porque incumplo el mandato de tu credo. Date tú tus propias gracias por ese gesto que busca sentirte tú bien.

Cuando yo permanezco depié, no es el dolor de mis músculos los que tú sientes entumecidos provocándote dolor, y sin embargo, según tu entender, si acepto tu asiento sería yo quien sufriría tus pies hinchados. Disfruta de tu asiento y no de la dicha moral de tu deber cumplido.

Después de oír –Gracias, –no me siento obligado a responder –De nada.
-Toma, un regalo.
-Gracias, muchas gracias… te he dicho gracias.
-Ah, perdona. De nada.

Cuando exiges contestación a tu agradecimiento, qué estás pidiendo, que se valore tu educación, tus modales… Alguien te hace un regalo y tú se lo agradeces; empate. Si pides un “de nada” estás menospreciando el trabajo del regalador, ya que igual no es tan“de nada”, igual le ha costado un esfuerzo que prefiere no contarte y al obligarle a respetar las reglas de cortesía y decir “de nada” está mintiendo para alimentar tu ego.

Haz lo que quieras sin juzgar tanto la reacción de tu “público”. Siente lo que haces, sin esperar la aprobación de nadie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde Pensamientos en voz alta

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo