A veces descubro en mi hija versos que le quiebran la vida y el alma

en mi sosiego también leo sus gritos de desgarrada alegría

la observo navegar por su confusa sorpresa y

de cuando en cuando, con rostro de eureka se viene y me cuenta.

 

Me veo cuando quebraba mi alma al despertar a la vida

recuerdo cuando aprendí que vivir y sentir van parejos

repaso ese tiempo de dudas vividas, anhelos y prisas

y ahora más viejo, me entiendo, la entiendo y me contengo.

No puedo, no quiero o no debo precipitarle la vida que se debe cocer a fuego lento

danaeyyo

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